Por Silvana Irigoyen
El servicio nace del amor; es concreción de ese amor que el Espíritu derrama en nuestros corazones
(Rom.5,5)
El 21 de abril de 1930 comienza a funcionar el Hogar para ciegos creado por Corina Lona
Amor y servicio están íntimamente unidos en un mismo camino.
Las hermanas Corina y María Sara Lona escucharon el llamado y asumieron el servicio como opciones de vida, especialmente dirigido a los más necesitados.
Estas hermanas nacieron en Metan, provincia de Salta. Su padre Enrico Lona era productor ganadero en Metan. El transcurrir familiar en la campiña desarrolló en las hermanas Lona una auténtica vocación de servicio en opción por los más desprotegidos.
La vida del campesino (dócil y sumiso) era mal retribuida. En ese contexto de desigualdad de oportunidades, Corina y Sara proyectaron su misión: humanizar a esa porción de sociedad tan invisibilizada. Fueron capaces de superar los prejuicios de una sociedad elitista, y penetrar empática, reflexivamente en el territorio de los olvidados; de los despojados de toda dignidad para encontrar en sendos proyectos educativos la posibilidad de hacer crecer en conocimientos y humanidad a tanta niñez desprotegida.
Corina definió su rumbo en atención a los no videntes y Sara eligió acoger a la niñez abandonada y ancianidad descartada.

Corina fundó el Hogar para ciegos ( que hoy lleva su nombre); Sara inauguró en 1949 el Instituto La Inmaculada ( para niñas huérfanas); y fue fundadora de la Congregación Hijas de la Inmaculada Concepcion de la Caridad, congregación conocida en Salta como las Hermanas Azules, cuya casa central se encuentra en Salta ( avda. Chile 1230), y desde esta provincia se proyecta a distintas provincias de Argentina, como también a diversos paises de Latinoamérica, África e Italia.
El camino de Corina Lona

Corina Lona nació el 31 de agosto de 1887, en Metán. Muy joven se recibió de maestra. El 1929 inició un viaje por Europa, que fue decisivo para el llamado de su vocación: quedó impactada por los estragos que la guerra mundial había hecho sobre todo en los niños, muchos de los cuales habian quedado ciegos como producto de los gases tóxicos. Por ello comienza a estudiar el Braille en Buenos Aires, para permitir oportunidades de educación a la infancia no vidente de su Provincia.
Con Sara Rodríguez Munizaga alquilaron una casa en la calle Alberdi para darle Hogar a los Ciegos.
El 21 de abril de 1930 queda inaugurada la escuela para ciegos que hoy lleva el nombre de su fundadora y brinda conocimientods y amor por el deporte y las artes.
Corina se volvio eternidad en 1964 y habita entre nosotros desde su inmensa obra.
Vocación de mujer en la vida del pueblo, definida en la donación.
Las hermanas Lona llevaron una respuesta de comunión, amor fraterno y solidario a aquellas realidades concretas que más expresaban el dolor de la ruptura social y espiritual.
