Por Silvana Irigoyen

A nivel mundial, el día del libro se celebra todos los 23 de abril, en conmemoración a la muerte de Miguel de Cervantes, William Shakespeare y el Inca Garcilaso de la Vega, los tres en el año 1616.

Por tal razón se declaró, también , Dia del Idioma Español en homenaje a Miguel de Cervantes Saavedra, autor ( entre otras obras) de El Quijote de la Mancha.
El mejor reconocimiento a escritores, libros y lenguas, es justamente ejercitar la práctica de la lectura; por eso los invito a explorar este maravilloso texto del escritor español Pedro Salinas » Defensa del lenguaje» del libro El defensor

El hombre se posee en la medida en que posee su lengua
Pedro Salinas
No habrá ser humano completo, es decir, que se conozca y se dé a conocer, sin un grado avanzado de posesión de su lengua. Porque el individuo se posee a sí mismo, se conoce, expresando lo que lleva dentro, y esa expresión solo se cumple por medio del lenguaje.
Ya Lazarus y Steinthal, filólogos germanos, vieron que el espíritu es lenguaje y se hace por el lenguaje.
Hablar es comprender, y comprenderse es construirse a sí mismo y construir el mundo. A medida que se desenvuelve este razonamiento, se advierte esa fuerza extraordinaria del lenguaje en modelar nuestra misma persona, en formarnos, se aprecia la enorme responsabilidad de una sociedad humana que deja al individuo en estado de incultura lingüística.
Pedro Salinas
En realidad, el hombre que no conoce su lengua vive pobremente, vive a medias, aun menos. ¿No causa pena, a veces, oír hablar a alguien que pugna, en vano, por dar con las palabras, que al querer explicarse, es decir, expresarse, vivirse, ante nosotros, avanza a trompezones, dándose golpazos, de impropiedad en impropiedad, y solo entrega al final una deforme semejanza de lo que hubiese querido decirnos. Esa persona sufre como de una rebaja de su dignidad humana. No nos hiere su deficiencia por vanas razones de bien hablar, por ausencia de formas bellas, por torpeza mecánica, no. Nos duele en lo humano; porque ese hombre denota con sus tanteos, sus empujones a ciegas por las nieblas de su oscura conciencia de la lengua, que no llega a ser completamente, que no sabremos nosotros encontrarlo.
Hay muchos, muchísimos inválidos del habla, hay muchos cojos, mancos, tullidos de la expresión.
Una de las mayores penas que conozco es la de encontrarme con un mozo joven, fuerte, ágil, curtido en los ejercicios gimnásticos; dueño de su cuerpo, pero cuando llega el instante de contar algo, de explicar algo, se transforma de pronto en un baldado espiritual, incapaz casi de moverse entre sus pensamientos; ser precisamente contrario, en el ejercicio de las potencias de su alma, a lo que es en el uso de las fuerzas de su cuerpo(…)
Puede existir lo más hermoso de un alma sin palabra, acaso. Pero no llegará a constituir forma humana completa, es decir, convivida, consentida, comprendida por los demás(…)
El lenguaje nos sirve de método de exploración interior, ya hablemos con nosotros mismos o con los demás, de luz con la que vamos iluminando nuestros senos oscuros, aclarándonos más y más, esto es, cumpliendo ese deber de nuestro destino de conocer lo mejor que somos, tantas veces callado en escondrijos aún sin habla de la persona.
La palabra es espíritu, no materia, y el lenguaje, en su función más trascendental, no es técnica de comunicación: es liberación del hombre, es reconocimiento y posesión de su alma, de su ser.
Pedro Salinas
«¡Pobrecito!», dicen los mayores cuando ven a un niño que llora y se queja de un dolor sin poder precisarlo. «No sabe dónde le duele». Esto no es rigurosamente exacto. Pero ¡qué hermoso!
Hombre que mal conozca su idioma no sabrá, cuando sea mayor, dónde le duele ni dónde se alegra.
Pedro Salinas
Los supremos conocedores del lenguaje, los que lo recrean, los poetas, pueden definirse como los seres que saben decir mejor que nadie dónde les duele.

