Por José Cantero Verni

RELATOR:
El trovador perseguido
galopa pa´ Purmamarca,
por “Gringo se lo conoce
a este cuatrero de zambas.
Aguirre lleva a caballo
un poncho y una guitarra,
la guitarra va de adorno
porque no sabe tocarla.
Un cuchillo de madera
cruza Aguirre a la cintura,
y un chupete pa´ dormir
va colgao a la montura.
A puro rebenque y lonja
galopa sin darse vuelta,
con toda la ley detrás
mordiéndole las orejas.
De cerca lo sigue un loro
desplumado y medio viejo,
que el trovador ha salvao
de que lo coman los perros.
No tiene miedo el Aguirre
cabalgar es su destino,
es un errante sin tierra
el trovador perseguido.
El Aguirre de chiquito
siete veces sin dudar,
repitió jardín de infantes
para quedarse a jugar.
Le causa alergia el trabajo,
de la siesta es defensor,
por ese vive de huelga
este famoso cantor.
Andando por las quebradas
con el viento se encontró,
se saludaron sonriendo
y así charlaron los dos.
VIENTO:
Amigo pa´ donde vas
con esa cara de loco,
parece que hubieras visto
al diablo con esos ojos.
¿Decime Aguirre de donde
has sacao ese sombrero?
que apenas te entra en el anco
y te estrangula el cerebro.
AGUIRRE:
Hace tiempo no me ves
y ya me estás ofendiendo,
primero dame un abrazo
y después seguite riendo.
Estoy agotao hermano
será de tanto viajar,
a meta galope vengo
hace cinco días ya.
Día y noche que cabalgo
no i´ bajao ni pa´ orinar,
me están silbando las tripas
por un pedazo de pan.
VIENTO:
¿De quién estás escapando
con tanta prisa que vas,
que crimen has cometio
que no me querés contar?
AGUIRRE:
Una gallina de noche
robé por necesidad,
para colmo a la gallina
no la i´ podio desplumar.
Al salir del gallinero
el zorro me la ha robao,
eso me pasa por bueno
por ser demás de confiao.
El juez firmó mi captura
antes de irse a acostar,
desde entonces me persigue
con rabia la autoridad.
VIENTO:
Con razón venís matando
en medio del arenal,
parece que te siguiera
pa´ alcanzarte Satanás.
Te voy a dar una mano
pa´ demostrar mi amistad,
cuando venga la partida
con fuerza les via´ soplar.
A puro pulmón con todo
voy a armar un vendaval,
y a cada uno soplando
los ojos les via´ tapar.
AGUIRRE:
Mirá que los tengo cerca
no me dejan ni bajar,
si ya tengo acalambrado
el cuerpo de tanto andar.
VIENTO:
Quedate tranquilo Aguirre
vení conmigo a matear,
cuando lleguen yo te aviso
pa´ que puedas escapar
RELATOR:
Aguirre puso la pava
pa´ calentar al fogón,
tomaron varios amargos
a la sombra de un cardón.
En esa rueda de mates
muy despacio le contó,
el viento con entusiasmo
las cosas del corazón.
VIENTO:
Aguirre mi enamorao
de la brisa que pasó,
por eso la estoy siguiendo
pa´ confesarle mi amor.
Le llevo un ramo de flores
pa´ dejarle en su balcón,
pa´ decirle que la quiero
con todo mi corazón.
AGUIRRE:
Te voy a dar unas coplas
pa´ regalarle a esa niña
que Cantero me ha plagiao
y que son de mi autoría.
En este papel hermano
aquí te las dejo escritas,
cuando ella sienta mis coplas,
vas a ver como suspira.
VIENTO:
Las voy a poner Aguirre
en el bolsillo a estas coplas,
abrí el morral y guarda
adentro todas tus cosas.
Allá viene la partida
que a vos te está persiguiendo,
así que subí al caballo
y echale riendas al viento.
Soplando te via´ cubrir
Aguirre la retirada,
así que dale rebenque
meta lonja pa´ Tilcara.
AGUIRRE:
Hermano te debo una
me estás haciendo un favor,
pa´ devolverte esta mano
no faltará la ocasión.
RELATOR:
Aguirre subió al caballo
con rumbo fijo a la puna,
y se largó a galopear
con ganas pa´ las alturas.
A puro pulmón el viento
levantando remolinos,
soplando borró las huellas
del trovador perseguido.
A la partida envolvió
con ráfagas de huracán,
les hizo volar sombreros
con fiereza sin igual.
Parecía que a paladas
el viento tiraba tierra,
pa´ detenerles el paso
con una furia tremenda.
Los obligó a que se bajen
soplando siempre sin tregua,
empujando a la partida
a refugiarse en las peñas.
Siguió soplando dos horas
ganando así mucho tiempo,
pa´ que el Aguirre se pierda
por infinitos senderos.
A lonja y rebenque Aguirre
debajo de los luceros,
es un jinete fantasma
que solo tiene sus versos.
Va subiendo a las alturas
desafiando mil peligros,
poniendo el pecho a las balas
el gran Quijote argentino.
Por robar una gallina
pa´ siempre lo han condenao,
perseguido en todos lados,
y en todas partes buscao.
Espueleando a su caballo
cerquita de la quebrada,
sintió unos gritos de auxilio
retumbando en las montañas.
Por un sendero bajó
pa´ saber lo que pasaba,
de donde venían los gritos
que desgarraban el alma.
A Pinocho lo tenían
acorralao pa´ agarrarlo,
riéndose a las carcajadas
cuatro jinetes con lazo.
Aguirre llegó al galope
pa´ enfrentar a los matreros,
con el cuchillo i´ madera
ya listo pal´ entrevero.
AGUIRRE:
Porque quieren enlazar
al indefenso muñeco,
que vienen para aporrearlo
en banda sacando pecho.
JINETE:
Mejor siga su camino
que lleva las de perder,
lo queremos al muñeco,
la cosa no es con usted.
AGUIRRE:
Quiero que hable el muñeco
porque lo están persiguiendo,
si apenas puede moverse
y está temblando de miedo.
PINOCHO:
Señor mi nombre es Pinocho
soy muñeco de madera,
y estos cuatro que usted ve
son laderos de Aguilera.
Me persiguen sin descanso
intuyo que veinte leguas,
mi cuerpo quieren cortar
con el serrucho y la sierra.
Don Aguilera es un hombre
muy famoso y distinguido,
un célebre carpintero
que hace muebles a pedido.
Se ha enterao que mi madera
no se encuentra en ningún lado,
con mi cuerpo quiere hacer
la mesa pa´ un millonario.
Ha mandao a sus laderos
pa´ que me lleven atado,
pa´ operarme en su taller
lo mismo que un cirujano.
Señor justito ha llegao
pa´ venir a defenderme,
tan solo quiero decirle
usted es todo un valiente.
AGUIRRE:
Así que esas tenemos
lo quieren hacer puré,
tan solo porque Pinocho
no se sabe defender.
Ahorita van a saber
lo que es Aguirre enojado,
el lomo les via´ dejar
morado de rebencazos.
Se agarran con el muñeco
que es un pobre desgraciado,
que es más flaco que un palillo
y apenas está parado.
JINETE:
Mejor que se quede quieto
y nada le va a pasar,
tenemos cuatro facones
filosos para cortar.
Somos cuatro contra uno
no se si sabe sumar,
dejelo a Pinocho solo
que lo vamos a cuidar.
Porque no se va callado
y sigue usted su camino,
lo invito con diplomacia
a irse por donde vino.
Hasta diez voy a contar
y ya no lo quiero ver,
Pinocho se queda aquí
no hay nada que pueda hacer.
AGUIRRE:
Podés contar hasta veinte,
podés contar hasta cien,
Aguirre nunca se achica
aunque venga Lucifer.
Pa´ eso me sobra cuero
coraje, más valentía,
así nomás cuando quieras
podés soltar la jauría.
Les aseguro mocitos,
se van a llevar un chasco,
con este cuchillo moto
los via´ aporrear a los cuatro.
Y vos quedate tranquilo
muñequito de madera,
que a estos cuatro los mando
con el rabo entre las piernas.
JINETE:
Ahora vas a saber
que no se mastica el agua,
te via´ dejar a lonjazos
el lomo como empanada.
La suerte se te ha acabao
te has metio en un avispero,
vas a quedar aboyao
como tarro de lechero.
AGUIRRE:
Ya me han cansao las palabras
es hora de hacerse ver,
aquí nomás a este pleito
terminemos de una vez.
Aguirre jamás se achica
a peliao en todas partes,
contra cuatro o contra veinte
con derroche de coraje.
RELATOR:
Los cuatro se le vinieron
a clavarle sus colmillos,
Aguirre agarró con fuerza
el mango de su cuchillo.
Un puñadito de tierra
a los ojos le tiró,
a uno de los matreros
que del caballo cayó.
Con el cuchillo i´ madera
dos planazos le acertó,
con certera puntería
al más grande y narigón.
Después revoleando el poncho
al tercero lo envolvió,
y con una zancadilla
al piso lo derribó.
Al cuarto que lo enfrentaba
en la cara le ladró,
al ver la cara de loco
sin combatir escapó.
Los cuatro de un solo salto
a caballo se marcharon,
dejando en el entrevero
cuatro facones tirados.
Aguirre envainó el cuchillo,
dobló su poncho salteño,
y aspiró tranquilamente
mirando el cielo sereno.
Acarició a su caballo
con cariño y sentimiento,
y despacio acomodó
el ala de su sombrero.
Miró fijo al horizonte
con sus ojitos dormidos,
aquel legendario gaucho
en mil batallas curtido.
Le dio la mano a Pinocho,
esa gran mano de amigo,
que extiende por donde pasa
el trovador perseguido.
PINOCHO:
No sé como agradecerte
esto que has hecho por mí,
te has enfrentao a Aguilera
que ahora te hará perseguir.
Pensaba que me llevaban
esos cuatro pal´ taller
pa´ convertirme en la mesa,
o en la silla de algún rey.
Decime hermano tu nombre
pues vos sos mi salvador,
vos me has salvao esta vida
que no tiene corazón.
AGUIRRE:
Aguirre, decime Aguirre,
sólo así se me conoce,
a mí me busca la ley
desde aquí hasta el polo norte.
Con el cartel de matrero
el juez de su puño y letra,
por mi cabeza dos pesos
ofrece de recompensa.
PINOCHO:
Que cosas tiene la vida
imposibles de entender,
¿por qué causa te persigue
con todo el peso la ley?
Has puesto en juego tu cuero
y luchas pa´ defender,
cada injusticia del hombre
pa´ transformarla en un bien.
AGUIRRE:
Así es la vida Pinocho
por robar una gallina,
me sigue con sus mastines
el juez y la policía.
PINOCHO:
No me importa si te siguen
acá tenés un amigo,
que te brinda su amistad
por los siglos de los siglos.
AGUIRRE:
Pinocho muchas gracias
decime pa´ donde vas,
que al lugar que te dirijas
cerquita te via´ dejar.
Quiero hacerte una pregunta
porque sos tan narigón,
con esa nariz, parado,
podés rascarte el talón.
Jamás i´ visto nariz
que presuma ese tamaño,
los pañuelos que usarás
si estás un poco engripado.
Con esa nariz Pinocho
si estás un poco agitado,
me vas a dejar sin aire
si te paras a mi lado.
Te pareces a un tucán
con esa enorme nariz,
cubrís seguro el paisaje
si te pones de perfil.
PINOCHO:
Te quiero contar Aguirre
porque creció mi nariz,
me creció de este tamaño
y fue de tanto mentir.
La mentira no hace bien
envenena siempre el alma,
se va metiendo y metiendo
como una espina se clava.
Por eso quiero decirte
jamás tratés de mentir,
aparte de perseguido
te va a crecer la nariz.
AGUIRRE:
Pinocho te via´ contar
que por culpa del calzado,
en estas patas que tengo
solo me crecen los cayos.
También tengo unos juanetes
que me hacen ver las estrellas,
cuando camino parece
que voy pisando tachuelas.
Ahora subí al caballo
que tenemos que seguir,
hay todita una partida
que está viniendo por mí.
PINOCHO:
Hasta Abrapampa yo voy
a la casa de una tía,
pa´que me de un corazón
su amiga el hada madrina.
AGUIRRE:
Hasta Abrapampa te llevo
para eso tu amigo soy,
son más cortos los caminos
si se recorren de a dos.
Yo siempre cabalgo sólo
andando por los caminos,
por ayudar a la gente
por eso soy perseguido.
Le pongo el pecho a las balas
no tengo miedo al peligro,
y a todo el que necesita
le doy mi mano de amigo.
Recuerdo que en una tarde
ei´ combatio con la muerte,
la muerte con su guadaña,
yo sólo con un machete.
Pues se quería llevar
a una joven que dormía,
por culpa de una manzana
que un negro hechizo tenía.
Frente a la joven me puse
dispuesto pa´ defenderla,
peleamos toda la tarde
meta planazo sin tregua.
A la muerte de un planazo
la hice rayar en el suelo,
y carpiendo la ei´ sacao
derechito pal´ infierno.
A la joven me acerqué
era la bella durmiente,
abrió los ojos despacio
al darle un beso en la frente.
Te juro cuando me vio
pegó un tremendo alarido,
salió corriendo y se fue
sin parar por el camino.
Parece que hubiera visto
te juro amigo pinocho,
ni que hubiera visto al diablo
con esos ojos hermosos.
PINOCHO:
Capaz que estaba soñando
con sueños de fantasía,
que al rescatarla del mal
algún príncipe venía.
Y se ha encontrao con tu cara
de una historieta salida,
y ha dicho, mi dulce sueño,
se ha convertio en pesadilla.
No le hagas caso a esas cosas
vos sos un gaucho de ley,
y en algún lugar del mundo,
vas a encontrar tu querer.
AGUIRRE:
Tenés razón Pinochito
que mala sangre me hago,
yo soy un jinete suelto
andando por todos lados.
Con el viento voy y vengo
arriba de mi caballo,
errante sin rumbo fijo
pa´ darle al mundo una mano.
Alguna gente me apoda
el jinete solitario,
el perseguido sin tierra
que cabalga sin descanso.
Por robar una gallina
me persiguen de hace años,
jamás me van a alcanzar
aunque vengan con el diablo.
Soy trovador del destino
y la distancia es mi rancho,
ni el odio, ni la injusticia,
van a vencer a este gaucho.
RELATOR:
Pinocho subió a las ancas
del zaino del trovador,
los dos se marcharon juntos
por esos campos de Dios.
Debajo de los luceros
a meta espuela y talón,
Aguirre va hacia delante
sin rendir el corazón.
Errante va con su rumbo
sin darse vuelta pa´ atrás,
sabiendo que a sus espaldas
lo sigue la autoridad.
Rebelde con su coraje
el trovador no se rinde,
jamás lo van a llevar
encadenado al Aguirre.
Levantando polvareda
lleva a Pinocho en las ancas,
pa´ que tenga un corazón
cabalgando pa´ Abrapampa.
Aguirre es hombre de ley
siempre cumple su palabra,
y aunque le cueste la vida
se la juega a todo o nada.
El trovador perseguido
con su bravura y su fuerza,
va escribiendo sin saber
con su vida una leyenda.
