Por Mary Dib Ashur

En mi artículo anterior vimos VERDURAS Y HORTALIZAS, hoy conoceremos un poquito más sobre los VEGETALES.
A menudo usamos la palabra vegetal para referirnos a todo tipo de plantas, como concretamente a las verduras, frutas y hortalizas que cultivamos y usamos comúnmente para nuestra alimentación.
Sin embargo, encontrar la definición adecuada de esta palabra no es fácil y requiere de hablar de ello en mayor profundidad.
Qué son los vegetales y sus características
Para empezar, conviene dirigirnos al origen etimológico de la palabra. Vegetal viene del latín vegetare, que significa vivificar o estar vivo. Tradicionalmente, la palabra se usaba para referirse a aquellos organismos con escasa o nula capacidad de respuesta ante su medio, refiriéndose comúnmente a hongos, algas y plantas.
Tipos de vegetales
Cuando hablamos de los vegetales como parte de la dieta humana, que es uno de los usos más comunes de la palabra fuera del ámbito científico, es habitual dividirlos según la parte que nos comemos.
Así, mientras que consideramos hortaliza a todas las plantas de las que nos alimentamos, las distinguimos según si nos comemos su raíz o sus hojas. Estos son algunos tipos o ejemplos de vegetales dentro de este contexto:

Bulbos: son la parte que se encuentra entre la raíz y el tallo, que en algunas especies crece como reserva de alimento y agua. Son bulbos la remolacha, la cebolla y el ajo, por ejemplo.

Raíces: el órgano con el que la planta absorbe nutrientes resulta de gran valor alimenticio en muchas especies. Algunas de las más conocidas son la zanahoria, el nabo o el rábano, que gracias a la selección artificial son hoy mucho más carnosas y aptas para nuestro consumo.

Tubérculos: generados en las raíces de algunas plantas, son reservas de sustancias con el mayor aporte de hidratos de carbono entre las plantas. Son muy nutritivos y vienen de América.
Son especialmente conocidos la patata y el boniato o batata, así como el ñame.

Tallos: el tallo es la parte de la planta que le da estructura y sostiene las hoja, flores y frutos, pero también puede ser un excelente alimento. Los apios, los espárragos y los puerros son ejemplos de ello.

Hojas: este tipo es de los más comunes. Encontramos entre ellos la lechuga, la espinaca, la acelga y la rúcula

Frutos: entre las frutas están algunas de las verduras más apreciadas y nutritivas. El tomate, el pepino, la manzana o el aguacate son solo unos pocos ejemplos.

Semillas: son también muy valoradas por sus propiedades alimenticias. Algunas de las más consumidas así son las habas, el sésamo o la chía.
También encontramos vegetales de los que consumimos su rizoma, como el jengibre, u otros de los que comemos la inflorescencia, como la alcachofa o la coliflor.

RECETA TORTILLA DE ACELGA
- 300 g de acelgas frescas
- jamón cocido en tiritas
- cebolla
- 6 huevos
- Lo primero que vamos a hacer es cocinar las acelgas
- Para ello ponemos agua a hervir con sal, troceamos las acelgas frescas y las dejamos hirviendo durante unos 10 minutos.
- Escurrimos y dejamos aparte.
- Ponemos una sartén con un poco de aceite al fuego
- Cortamos la cebolla cubitos pequeños y salteamos hasta que se vuelva transparente.
- Luego incorporamos el jamón y salteamos
- Añadimos las acelgas y dejamos que se cocinen con el jamón y la cebolla durante un par de minutos.
- Batimos los huevos en un bol grande con una pizca de sal
- Añadimos las acelgas salteadas con el jamón y la cebolla y revolvemos bien para que se mezclen los sabores
- Ponemos un hilo de aceite en la sartén para que cubra el fondo, y cuando esté caliente volcamos el contenido de los huevos con las acelgas
- Dejamos que cuaje bien por un lado moviendo la sartén de vez en cuando para que se vaya despegando el fondo (podemos ir ayudando con una espátula)
- Cuando veamos que está cuajado un lado le damos la vuelta a la tortilla.
- Para hacerlo puedes ayudarte de un plato.
Acompañar con ensaladas frescas…
Opciones:
Podemos reemplazar las acelgas por: espinacas, hojas de rabanitos, de remolachas, o algunas verduras de preferencia…

