
Recuerda que siempre te amaré
aunque no estés a mi lado.
Yo en mi soledad te digo,
amar no es pecado a Dios.
Amor aún te digo si quieres regresa,
que siempre te estaré esperando.
Tu ausencia me mata,
haces de tu recuerdo una virtud.
Tu eres el Dios inexistente
cada que tu imagen se me revela.
Le pregunto a mi corazón porque tú y no algún otro.
Suyo del alma mía.
-Frida Khalo–
Nada comparable a tus manos,
ni nada igual al oro-verde de tus ojos.
Mi cuerpo se llena de ti por días y días.
Eres el espejo de la noche.
La luz violeta del relámpago.
La humedad de la Tierra.
El hueco de tus axilas es mi refugio.
Toda mi alegría es sentir
brotar la vida de tu fuente-flor
que la mía guarda para llenar
todos los caminos de mis nervios que son los tuyos,
tus ojos, espadas verdes dentro de mi carne,
ondas entre nuestras manos.
Solo tú en el espacio lleno de sonidos.
En la sombra y en la luz;
tú te llamarás auxocromo, el que capta el color.
Yo cromóforo, la que da el color.
Tú eres todas las combinaciones de números. La vida.
Mi deseo es entender la línea, la forma, el movimiento.
Tú llenas y yo recibo.
Tu palabra recorre todo el espacio y llega
a mis células que son mis astros y va
a las tuyas que son mi luz.
-Frida Khalo-

