Por Claudia Fernandez Vidal



Canciones me siguen a todos lados, cuando amanezco y prefiero escuchar a Chopin y un piano magistral. Cuando me voy a dormir y escucho la argentinidad al palo de la Bersuit, y salto en ese pogo junto a los que antes han saltado conmigo…
Justo hoy me han pedido que escriba sobre las canciones que me gustan, que cuente cual es la música que llevo a cuestas. Si lo pienso mucho dejaré abiertas las puertas de par en par y los que se han hermanado conmigo con las canciones aparecerán aquí, justo aquí.





´´Ella durmió al calor de las masas y yo desperté queriendo soñarla´´…la cantamos a los gritos allá por un verano de 1988 cuando Soda Estéreo recién estrenaba ese disco, mis viejos, mis tíos, mis primos, todos viajábamos en una camioneta cruzando la Cordillera de los Andes, creo que fue una de las últimas vacaciones que viajamos todos juntos, antes que la vida nos vaya desparramando por otros países, otros lugares, otro estado civil y cuanta cosa haya sucedido después, cuando suena la canción, vuelvo siempre a ese día, igual que ellos.

Como vuelvo a Buenos Aires y La Plata cuando escucho Mariposa Tecnicolor y me río acordándome de ese viaje, de esa amiga salteña con la que íbamos a un curso de colorimetría en la Facultad de artes y nos perdíamos cada dos por tres, y tomábamos colectivos preguntando si iban al centro, y el chofer nos miraba con cara de ¨´ustedes son o se hacen´´, se notaba que éramos del interior, pero Fito Páez cantaba fuerte la canción en casi todas las radios.


Vuelvo a Fredy Mercury con Love Of My Life y a una noche en un barcito donde un novio enamorado me decía casate conmigo mi amor y aunque la nostalgia dulce envuelve el recuerdo siempre puedo escuchar la canción y desafinar mientras la canto, porque a desafinar también se aprende.
Le doy la razón a Sabina cuando dice que uno escribe la canción cuando sabe que la chica se le ha ido y no va a volver. Casi igual creo que nacen los poetas.

Sueño con leer sobre nuestra sucia pasión alguna vez en los diarios como canta Baglietto, y que los dinosaurios ya no aparezcan más, y que él conozca las palabras que jamás le voy a decir.
Y tantas otras canciones más, que ya me estoy volviendo canción. Espero volverme canción en la boca de los que me canten suavecito alguna vez.