Por Daniela Leiva Seisdedos
Lo primero que todos sabemos es que la historia es la ciencia del pasado. El pasado nos da recuerdos, un cumpleaños, nuestros inicios en la escuela, un prócer que ya no está, pero también nos da conocimientos adquiridos que se hacen ciencia.
Todos los días estamos corriendo tras algo y más en este siglo XXI los inicios del siglo XXI y esto hace que el ritmo vital de nuestra civilización no se detenga hasta ahora porque una vez más nos está llamando la historia.
Como profesora de historia me pregunto: ¿Por qué la mayoría de las Pandemias se originan en Asía y África?
El pasado no explica todo nuestro presente, pero sí gran parte de él. Quien quiera estudiar y comprender el presente, no puede quedarse en él, sino que tiene que recurrir al pasado. La clave del estudio histórico es descubrir la relación, el puente que nos une entre el pasado y el presente, puesto que conociendo mejor el pasado debemos entender mejor el presente y, de esa forma, se puede actuar con mayor compromiso con lo que nos rodea.
¿Somos humanos? siempre aprendemos de nuestros errores ¿no?
La incomprensión del presente nace de la ignorancia del pasado, por eso es necesario aprender historia no como una cosa aburrida sin sentido, historia no es la acumulación de fechas o anécdotas. Polibio c.202-c-120. C. recordaba que “no hay profesión más útil para la instrucción del hombre que el conocimiento de las cosas pretéritas, es decir que la ciencia histórica, interroga el pasado para comprender el presente y plantear posibilidades de mejora para el futuro, por lo tanto hace una tarea detectivesca en buscar en el pasado respuestas a inquietudes presentes ejemplos de estos puede ser:
¿Cómo San Martín Cruzó los Andes? ¿Por qué Juana Azurduy decidió liberar como mujer el norte de Argentina y Bolivia? ¿Por qué Napoleón Bonaparte es el creador del primer juego de Táctica y Estrategia el famoso TEG, ¿Quién era el General Invierno y porqué derroto a Napoleón y Hitler?.
Esta ciencia tiene la ayuda de Clio. Clío es la musa que representa la historia De las nueve hijas de Zeus y Mnemosine, musas patrocinadoras de las artes, la primera de ellas es Clío, quien es representada por una imagen de mujer coronada de laurel y portando un rollo de papiro en la mano izquierda. La historia es una de las pocas disciplinas que cuentan con una musa, nadie más que ella ha compartido la naturaleza y el destino de los hombres ya que “no hay ninguna ciencia que tenga las puertas tan abiertas al gran público como las tiene la historia”.
En estos tiempos de pandemia es bueno recordar la historia con hechos donde las enfermedades eran usadas como castigo divino.
En Grecia y en todas las culturas antiguas los dioses infligían enfermedades cuando ciertos pueblos merecían un castigo.
La diosa Hera, esposa de Zeus, envió una plaga a la isla de Egina, cuyo nombre proviene de la ninfa con que su marido Zeus le fue infiel. Esta explicación mitológica corresponde a un hecho real: la plaga de Atenas, en la que murieron 150.000 personas.
El historiador Tucídides en ‘La Historia de la guerra del Peloponeso’ la describe como una enfermedad que se originó en Etiopía, atravesó Egipto y Libia, terminó impactando Grecia y acabó con la vida de miles de atenienses y espartanos, entre ellos el gran líder militar Pericles. Hipócrates (460-377 AC) y Galeno (129-216 DC) ya describieron en su día una enfermedad que probablemente era cólera.
La plaga de Justiniano fue una pandemia que afectó al Imperio romano de oriente o Imperio bizantino que incluyó la ciudad de Constantinopla y otras partes de Europa, Asia y África desde los años 541-543. Se supone que la causa de la plaga fue la peste bubónica, aún hoy lo están estudiando.
Peste negra en 1347-1351 con 200 millones de muertes se comprobó que los habitantes de Caffa se contagiaron de la enfermedad a través de los mongoles. Desde el puesto comercial de Caffa la «muerte negra» y también se sabe que las ratas no fueron las únicas culpables a la hora de expandirla, también lo fueron con sus pulgas y suciedades que dejaba la gente, costumbre que no han cambiado mucho al día de hoy.
En América está la pandemia de la Viruela con 56 millones de muerte en 1520 era una enfermedad desconocida, la trajeron los europeos y fue introducida primero en México por los españoles, esta fue una de las causas determinante en la caída del Imperio Azteca.
La gripe española en 1918 mermó la población mundial un 6%, siendo la causante de casi 100 millones de muertes de personas que también se trasladó en Argentina.
En Argentina tenemos también el brote de cólera que asoló la ciudad en los años 1867 y 1868. Esta enfermedad provocó en esa aparición unos 15.000 muertos en territorio bonaerense incluye unos 3000 de la ciudad de Buenos Aires. El brote llegó también a otras provincias como Córdoba, Santa Fe, San Juan, San Luis, Catamarca y Santiago del Estero. En 1992 en Argentina hubo un brote de esta enfermedad.
Entre los años de 1856 y 1886, la República Argentina tuvo enfermedades letales para esta época histórica como el cólera y la fiebre amarilla. En 1871, fue la fiebre amarilla diezmó la ciudad de Buenos Aires dejando un saldo de unos 14.000 muertos. La fiebre amarilla afectó al 8% de la población, los que más sufrieron sus efectos fueron las masas trabajadoras; pobres.
La última vez que la OMS utilizó la categorización de «pandemia» fue con el brote de la gripe A H1N1 -también llamada en un principio «gripe porcina»- en 2009,
Las enfermedades no nos llegan de la nada. Se desarrollan a partir de pequeños pecados diarios contra la Naturaleza. Cuando se hayan acumulado suficientes pecados, las enfermedades aparecerán de repente. Hipócrates
Fuentes consultadas
- Crónica Histórica Argentina, Tomo IV, (1968) Editorial CODEX.
- Herodoto. Los Nueve Libros de la Historia en Historiadores Griegos, Libro I, Clío. Ed. Aguilar, Madrid.
- La Peste Albert Camus. Albert Camus, que Penguin Random House publica en castellano en ‘ebook.
- Schorske, Carl E. Pensar con la Historia. Ed. Taurus, Madrid, 2001, p.. El primero de los Nueve Libros de Historia de Herodoto está dedicado a Clío, los demás están dedicados a cada una de las otras deidades.
Las Tertulias de Juana Manuela 