EL ARRIE​N​DO

Por Domingo Zerpa

Ayer por la tarde
han llegao al rancho
con botas lustrosas
espuelas de plata.
A mi caschisito
que ha salío ha torearlos
de cuatro balazos
lo han tirao antarca.

Apenas i podío
reponerme del susto
cuando me han gritao
¡Coya de mala traza,
pagá el arriendo
si no querís verte
más pobre que el diablo
que ha perdío las astas ¡

I como temblando
li contestao
-Perdón, pero ahura
me encuentro sin plata,
sin otros centavos
que estos juertes brazos
que pueden servirles
pa’ cualquier changa.

Esos hombres con botas
sin oír mis ruegos
en unos cuantos minutos
me han quemao un rancho.
Señor tata cura,
dame un remedio
pa’ estos guascazos
que tengo en la cara.

Jujuy (ARG).

Publicado por Juana Manuela

Empresa destinada a la publicación de textos de difernetes géneros literarios, como así también a la difusión de nuestra cultura latinoamericana.

Deja un comentario