
Te vi barrilete cósmico
jugando a puro potrero,
lanzado como un «Quijote»
contra Molinos de viento.
Te vi pintar con la zurda
con el pincel de tu genio,
aquel gol, el gol del alma,
el gol de todos los tiempos.
Te vi encarar esa tarde
igual que un pájaro en vuelo,
con esa fuerza invisible
que te latía por dentro.
Te vi, te juro, te vi
como un carasucia eterno,
desparramando rivales
con tu magia y tu talento.
Te vi volar en el césped
entre el fervor del aliento,
entre gritos y banderas,
entre la tierra y el cielo.
Te vi con esa gambeta
que solo tenía tu sello,
como un poeta del fútbol
soltando al aire sus versos.
Te vi encarar sin apuros
con el latir de mis nervios,
corriendo sin ataduras
aquella tarde de México.
Te vi como un duende alegre
escapado de algún cuento,
llevando la albiceleste
fundida siempre en el pecho.
Te vi gambetear ingleses
con ese toque perfecto,
con esa magia infinita
de tu encanto futbolero.
Te vi Campeón en el área
y aún te veo en el recuerdo,
con ese gol increíble
al grito de Diego, Diego.
Te vi barrilete cósmico
con un corazón inmenso,
con ese gol, el del alma,
el gol de todos los tiempos.
José Cantero Verni
