Por Aníbal Aguirre

El trovador se está yendo
no se sabe si volverá,
con el corazón latiendo
la perrada por detrás.
Pande te vas Aguirre,
no te quieras escapar,
te anda buscando el diablo
te quiere pal carnaval.
El caballito de Aguirre
es un brioso alazán,
hijo de una mula tuerta
y el alma de un antigal.
Vi’a quedarme aquí
dentro de esta tapera,
hasta que pase la tormenta
y pueda ver las estrellas.
Metete ai’ animalito
en ese hueco grande,
entrate a ese lugar
antes de que sea tarde.
La que canta es la lluvia
alaridos de tormenta,
las zigzagueantes centellas
veo claro una osamenta.
Pande, pande me llevai
mi apreciado caballito,
no te animai a dejarme
en los parajes solito.
Otro que no me abandona
es mi compadre el puñal,
el por mí es capaz
de peliar hasta el final.
La muerte se ha cansao
en su intento de llevarme,
más bien anda enojada
al no poder arrastrarme.
Una copla han cantao
que decía de los amores,
yo i tenio grandes afectos
quemando como tizones.
Asocc. Cultura de la Copla
