
Pasamos el mes de Junio y ya entrando al mes de Julio, nos pareció importante destacar la figura de nuestro máximo héroe gaucho Martín Miguel de Güemes, porque además de ser un gran defensor de nuestra Patria, fué un hombre que a pesar de provenir de una familia de alcurnia, sabía como sentía y pensaba el gaucho, quien sin duda fue el personaje destacado en la defensa de nuestra Patria.
Estamos en una época dificil, donde la pandemia ha modificado nuestra vida cotidiana, y dónde la incertidumbre de saber qué pasará en un mañana, nos hace olvidar lo esencial, la familia, los valores, la fe y la Patria.
El gaucho era una persona sencilla, amante de su tierra, de su quehacer cotidiano, con la Fe puesta en su creador. Sus virtudes fueron la valentía, la franqueza, el respeto y la humildad, y con ese conjunto de habilidades, pudieron vencer a las fuerzas realistas, gracias al gran estratega Don Martín Miguel, una persona de formación militar, pero que además tuvo el ingenio y la sapiencia de conquistar a sus gauchos con su ejemplo.
Sin duda que nuestro General, sabía que a la Patria, había que defenderla con convicción de ideas, pasión y coraje, y es así que en tiempos donde no había tecnologías, pudo más su ingenio aplicado en su gesta gaucha, para librar batallas y alcanzar nuestra Independencia.
Pero qué nos sucede ahora, que a mas de dos siglos, seguimos atados a las economías globales, a los intereses políticos, a lo material, donde ya no son cadenas de metales las que nos sujetan, sino cadenas de desidia y desinterés; donde al parecer, la Patria ya no importa.
Enlazando la Gesta Güemesiana, con la realidad que nos toca vivir, y días de cumplir un nuevo aniversario de nuestra Independencia, les dejo una poesía de mi padre, a modo de reflexión de los que nos sucede, ojalá podamos cambiar el rumbo de nuestro accionar.
Inquiriendo, por Abel Mónico Saravia
Vos que viste llover miseria sobre el océano
y a Caín matar a Abel por diez centavos,
sabrás decir, Señor, por qué es tan bravo
este oficio de ser hombre y sustentarlo;
y por qué, en este camino de intentarlo
sucumbimos mil veces mil hombres a cada caso:
si es por culpa del miedo, que el fracaso
nos lleve a desistir, sin coronarlo.
Entonces:
Si eres dueño de los años, nevados de experiencia;
explica, por favor, a mi conciencia
sin dorar la palabra,
antes que llegue el alba
para qué sirve la carne y para qué sirve el alma:
y por qué, por el Oriente tantas veces
la Aurora radiante y sonrosada
precede a la luz y esa alborada
signataria de esplendor y de justicia
después de haber pintado su noticia
diluyese en el Cielo… y queda nada.
No hay en ello acaso un paralelo
con el hombre que emergiendo de los cielos
como una rama de esperanzas, brota
y anunciando al mundo una derrota
a seguir por miles de ignorados
después de destellar con lo anunciado,
diluyese en la nada,
e igual que esa alborada
nunca más;
nunca nadie de la historia
recoja de los timbres la memoria
del destello aquel,
tanto que al morir con él
muere el sueño, la esperanza, mito y gloria.
Y por qué; al primer tintineo dinerario
es pisoteada la paz,
y por qué,
Cristo Señor, en el Calvario
parece no estar más … haberse ido
dejando a su rebaño en el olvido
a que lo cuide el lobo montaráz:
el hombre lobo … lobo de hombre
encarnación del madito Satanás.
¡Oh Señor!; Noble Patriarca,
cuántas veces me he preguntado en vano
por qué el hombre es lobo de su hermano
y le mata porque sí:
por un punto de honra, por el arcano
o aquello baladí …
por qué destruye, por destruir en vano
aquello natural o de una mano;
siendo lo bello, cultivar, crear o construir.
Oh, Señor;
vos que abrevaste en la cultura
y que togado fuiste;
dime, por favor, que fue que viste
de asombroso, que colmara tu estatura
y que hasta hoy te asombre
si es que el asombro dura;
porque, que hay debajo de los cielos
que no sea barro putrescible
indecencia del hombre incognocible
y atisbo de grandeza en otros más,
y dónde; y por qué en lo escondido
se disfraza una apariencia de verdad,
lo que es cierto en el hombre aborrecible
que diga sus verdades por mitad.
Pregúntote, Señor, porque mañana
he de partir, tal vez,
no se a qué hora
y al rendir la cuenta de mi aurora,
esplendor, senectud y muerte
pueda detallar lo visto, de tal suerte
que cuando manifieste sea verdad.
Es por ello, Señor a que he venido
a inquirir de tu ciencia lo sabido
porque he visto en los días que he vivido
tanta sangre, tanta muerte,
tanta crueldad,
que hasta dudo
que sea el hombre el signatario
de lo bello, de lo grande y de la Paz.
Salta, 21 de setiembre de 1997

Excelente video. Hay una conjunción perfecta como para nadie ignore la grandeza de nuestro Héroe Gaucho. Mis sinceras felicitaciones Argentina Mónico por transmitir a través de este video ese sentimiento patriótico que emociona a cualquier argentino y que cuenta además cono las sabias y ponderadas palabras de Don Abel Mónico Saravia.
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Gracias Belisario creo que en esta época es necesario recordar para qué vivimos y cómo debemos honrar nuestra Patria
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¡Muy profundo y poderoso poema de Don Abel Monico Saravia! Maestro, maestro.
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Creo que se ajusta mucho a la realidad q vivimos
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