En el día de la COPLA

Por Argentina Mónico
El 11 de agosto, Salta celebra el Día de la Copla en honor al natalicio de Ariel Petrocelli, reconocido poeta y compositor salteño.
Su compañera Isamara, también maestra y cantora, recordó cómo juntos descubrieron la copla en 1959 en los Valles Calchaquíes, quedando fascinados por su fuerza identitaria y testimonial.

Con el tiempo, recopilaron numerosas coplas y crearon obras como El Seclanteño y El Antigal, inspiradas en la tradición vallista.
Durante la dictadura y la represión de la Triple A, la copla fue prohibida por su contenido crítico, lo que obligó al matrimonio a destruir parte de sus escritos y adaptar su trabajo hacia espectáculos infantiles, aunque nunca dejaron de cantar.
Petrocelli falleció en Salta, el 17 de setiembre de 2010, y su hija impulsó un homenaje en 2014. Isamara, su esposa continúa escribiendo, cumpliendo el deseo de su esposo de preservar la copla como símbolo de identidad y resistencia.
Así Isamara lo recuerda en un reportaje realizado:
“…Un día se produjo el chispazo mágico y nos conocimos. Era otoño. Nostalgia de grillos soledosos, en el pasto seco, la calle regada de lunas nuevas. Livianas cargas utópicas esperando los destellos. Y nosotros de la mano, para armar lo nuestro. Lo incierto. Nos dejamos llevar y el destino hizo el experimento. La madrugada y una tía, la más linda, me llevaron al encuentro. Ariel me miró risueño y Cachi miró de adentro…”
Desde Metán el poeta Lucho Ponce nos envía este poema como homenaje:
EULOGIA TAPIA, LA COPLA
Lucho POnce, Metán 11 de agosto de 2025
Senderos de pájaros al alba, cuando la aurora es apenas un bosquejo de otro día de trajinar la cuesta, de sortear un peligro por proteger la majada.
La dimensión del paisaje es de total asombro y el viento, de puro compañero, se lleva el coplerío de la Eulogia para sembrarlo en cada rincón de la tierra.
La Poma es un surco abierto, útero enfiestado recibiendo la semilla de su canto ancestral.
Entonces Eulogia Tapia
monta ese caballo musical para galopar su distancia de sueño enamorado, en la cadencia misma de la copla.
Su corazón es una caja donde cada latido es la guatana que percute desde el pulso enamorado de la vida.
Eulogia ya es parte del paisaje, es el poema que habita en cada expresión de los copleros, ella es el vino que canta en la garganta de nuestras tradiciones, la cuarteta musical que va de boca en boca.
Eulogia Tapia es en esencia, la misma copla.
También el poeta José Cantero Verni, nos regala un sentido homenaje a la copla:
«LEYENDA DE LA COPLA NORTEÑA«
José Cantero Verni
Donde descansan las nubes,
en donde la luna sueña,
la copla sale a cantar
con la caja de «Coquena».
«Coquena» cuida vicuñas
en las alturas norteñas,
jugando sin prisa alguna
bajo un puñado de estrellas.
«Coquena» sigue camino
saltando de peña en peña,
y entonces ve a un pastorcito
que va subiendo la cuesta.
El pastorcito a sus cabras
con un cencerro las lleva,
silbando junto a los vientos
a paso fieme en la senda.
«Coquena» lo ve llegar
así cuenta la leyenda,
y entonando unas coplitas
su canto del alma suelta.
Buenas noches pastorcito
yo soy el pastor «Coquena»,
me gusta andar tras las llamas
copleando noches enteras.
Del viento junto los versos
y voy tejiendo las letras,
con la voz del sentimiento
del corazón de la tierra.
Yo canto y canto solito
mientras la luna me observa,
y me hacen coro los ríos
murmurando entre las piedras.
Mucho gusto soy «Jacinto»
pastor de cabras y ovejas,
que linda es esa tonada
que juro hasta el alma llega.
Y eso que tiene en las manos
que retumbando se expresa,
de verla así de redonda
parece una luna llena.
Esto que tengo en las manos
que retumba sin fronteras,
pastorcito de la altura
se llama caja coplera.
Aparte de ser redonda
tiene guastana y chirlera,
hermanándose en el canto
la copla canta con ella.
Pastorcito te regalo
esta cajita coplera,
y el encanto de la copla
así en todas partes suena.
La copla viene de adentro
cantando sale hacia afuera,
y cabe en ella una historia
en una sola cuarteta.
Cuando bajes la montaña
al mundo suelta las riendas,
cantando, cantando coplas
bien entonadas con fuerza.
Así florece la copla
igual que la primavera,
y se hace flor en el alma,
y se hace alegría en la pena.
Así lo haré, lo prometo
querido amigo «Coquena»,
cuando baje llevaré
tus coplas adonde sea.
Te agradezco por las coplas
que son como agüita fresca,
estas coplitas del alma
que pintan todo de fiesta.
Ahora me voy marchando
ya voy pegando la vuelta,
de coplas y de tonadas
la alforja llevo repleta.
«Coquena» mira la luna
y el pastorcito se aleja,
con el sentir de la copla
galopándole en las venas.
De las alturas del cóndor
bajó la copla norteña,
en la voz de un pastorcito
así cuenta la leyenda.
Otro poeta amigo Carlos Boide recuerda a Ariel Petrocelli:

