Esa imperiosa necesidad de regar las raíces

Por Roberto Espinosa

Es una de las expresiones más nobles de la cultura. Está relacionado íntimamente con la identidad de un pueblo. Abraza su música, la danza, las artesanías, los mitos, las comidas, las supersticiones, la medicina popular, los chistes, los refranes. El folklore (palabra inglesa compuesta: folk significa pueblo, y lore, acervo o saber) integra el patrimonio colectivo y espiritual de una comunidad. En estos tiempos de globalización, este se ha fortalecido en muchos casos o corre el riesgo de ser absorbido por expresiones culturales foráneas. 

El 29 de mayo se celebra el Día Nacional del Folclorista. La fecha fue instituida en 2011 por la Ley Nº 26.665, en memoria del nacimiento de don Andrés Chazarreta (1876-1960), patriarca del Folclore. 

Con cierta frecuencia suele escucharse que los argentinos venimos perdiendo paulatinamente el sentido de argentinidad tan vinculado con el folclore. Aunque hay provincias que conservan el apego a las tradiciones y reconocen a sus exponentes difundiéndolos, como sucede con Santiago del Estero, Salta o Corrientes, por dar algunos ejemplos, que se han proyectado a nivel nacional, principalmente a través de su música.

La chacarera, la zamba, el chamamé, forman una parte importante del repertorio de las nuevas generaciones de intérpretes, aunque en las últimas décadas estas y otras expresiones de la música se han mudado a la balada o a la canción, en muchos casos, acompañadas de letras superficiales, pasatistas, y de escaso vuelo, que lejos están de los grandes poetas que han enriquecido el folclore.

Lo paradójico es que en algunos casos, poco se conoce de la vasta producción de los creadores del terruño propio, como sucede, por ejemplo, en Tucumán. Ello se debe tal vez a la escasa difusión que tienen los creadores locales, salvo pocas excepciones, en la misma provincia.

En la enseñanza y promoción de nuestras expresiones nativas, el Estado tiene un papel fundamental. A fines de la década de 1930, el destacado pensador tucumano Alberto Rougés escribió:

“Para que la educación pública no siga fracasando en materia de formación cultural es necesario que se comprenda que el objetivo esencial de esta debe ser formar, en la medida de lo posible, creadores de cultura y un público para estos, capaz de apreciar la creación, de amarla y, por ahí, de incorporarla a la vida espiritual de un pueblo… ese fondo emocional y valorativo es parte esencial de la personalidad de un pueblo, hace del pasado, presente y futuro de este, un todo espiritual. En él nace el niño a la vida consciente, arrullado por canciones de cuna. El arte tradicional, gran pedagogo, le enseña luego rimas infantiles, cuentos, adivinanzas, villancicos, romancillos, el canto jubiloso, vivificante del espíritu, que el niño entona en sus juegos espontáneos, y que no se deja entrar a la escuela, para reemplazarlo por otro, extraño a la sensibilidad del alumno, que este no canta sino en clase”. 

Alberto rougés

Rougés y Ernesto Padilla fueron los impulsores de que se contratara al investigador catamarqueño Juan Alfonso Carrizo para que recopilara coplas tradicionales en los cerros norteños, que luego conformaron los cancioneros de Catamarca, La Rioja, Tucumán, Salta y Jujuy, editados por la Universidad Nacional de Tucumán.

Similar tarea se le encomendó luego a la etnomusicóloga Isabel Aretz que realizó similar labor con la música, y condensó su trabajo en el valioso libro “Música tradicional argentina. Tucumán. Historia y folklore”, publicado por nuestra universidad en 1946 y que desde entonces aguarda su reedición.

En el ombligo

La copla siempre ha estado en el ombligo de nuestra música nativa y de la literatura. Poeta, compositora, intérprete, folcloróloga, la tucumana Leda Valladares recordó en una oportunidad:

“Desde que descubrí la maravilla de ese canto milagroso que habita en los ranchos y montañas del norte argentino, lleno de misterio, no pude hacer otra cosa que difundirlo y registrarlo para que sean esos cantores anónimos los portadores de una cultura de siglos, que increíblemente el hombre urbano y muchos artistas de la Argentina todavía desconocen”.

Leda Valladares

Según la docente salteña Mercedes Alfarito, la copla es mucho más que un simple género periférico, rural y de simple transmisión oral. Es en sí misma un elemento valiosísimo de transmisión cultural.

“Sin embargo no aparece en los libros de la escuela considerada como se debiera, en los niveles semánticos, discursivos y poéticos que le corresponden y merece. Y si aparece, es vista como un simple detalle de color local que no alcanza para entrar por la puerta grande de la cultura oficial e institucionalizada. Esta realidad es otra de las deudas pendientes que se tiene con la Argentina periférica, donde a algunas expresiones culturales les cuesta demasiado ocupar algunos espacios centrales”, sostiene la educadora en un ensayo sobre la copla.

Mercedes Alfarito

La enseñanza de la copla, así como de la historia y la cultura de una sociedad, a partir la escuela primaria, son fundamentales para construir un sentido de pertenencia. De ese modo, se estaría verdaderamente inculcando a niños y docentes expresiones que tienen que ver con parte de nuestra identidad y a valorar la cultura propia. “Cuando descubrí la copla, nunca había escuchado nada parecido sobre el planeta. Desde ese momento no pude hacer otra cosa que intentar aprender esa furia abismal, esa energía que venía del grito del indio de siglos”, contaba Leda Valladares.

En un país cada vez más transculturado, sujeto a los designios de las modas, del consumo, del mercado, cuyas raíces culturales van desapareciendo bruscamente porque prácticamente no se las enseña o no se las riega, es muy difícil vislumbrar un futuro. No se puede ir hacia adelante, sin conocer nuestro pasado. Se corre el riesgo de que nos siga invadiendo el poder hegemónico y de convertir a la Patria en apenas una palabra vacía de contenido.

«No sé si cuando canto, canto,
o si cuando canto, lloro,
a veces por llorar, canto,
y otras por cantar, lloro.»


Dice Barbarita Cruz, coplera de Purmamarca.

Publicado por Juana Manuela

Empresa destinada a la publicación de textos de difernetes géneros literarios, como así también a la difusión de nuestra cultura latinoamericana.

2 comentarios sobre “Esa imperiosa necesidad de regar las raíces

  1. Qué falta hace que los gobernantes comprendan la importancia de mantener la personalidad nacional, que maestros y profesores alienten la enseñanza y difunsion desde niños a adultos de literatura, música y poesía argentina.

    Me gusta

Deja un comentario