Blancanieves y sus grandes enseñanzas

Por Jorge Triviño Rincón 

     Los mitos, las leyendas y los cuentos de carácter infantil, y algunos juegos como la oca, el póker y las cartas del tarot; guardan en su médula, lo más grandes conocimientos.

Los cuentos infantiles encierran grandes verdades, las cuales han sido guardadas de bella manera en el inconsciente colectivo —como diría Carl Gustav Jung— para que jamás fueran olvidadas.

Algunos han sido sugeridos a la mente de los creadores mediante imágenes, como muy bien lo expresa Annie Besant, en su libro El sendero de iniciación.

Cada uno de nosotros tiene la idea de que es el generador de todos sus pensamientos, pero estamos en un craso error.

Algunos de nuestros pensamientos, probablemente no son concebidos por nuestro cerebro, sino que provienen de otras esferas, así lo manifiesta Marie Corelli en El Castillo de Asélzion:

El pensamiento es la voz del alma. Justamente, así como la voz humana es transmitida a través de la distancia por alambres telefónicos, también la voz del alma se transmite a través de fibras radiantes conectadas como los nervios del cerebro. El cerebro la recibe, pero no puede retenerla para sí, pues es transmitida a su vez, mediante su propio poder eléctrico, a otros cerebros; y vosotros no podéis guardar un pensamiento para vosotros mismos, como no podéis tampoco mantener el monopolio de un rayo de luz solar…. El poeta escribe a veces casi sin darse cuenta, obedeciendo a la inspiración de sus ensueños[1]

Marie Corelli

Los mitos, las leyendas y los cuentos de carácter infantil, y algunos juegos como la oca, el póker y las cartas del tarot; guardan en su médula, lo más grandes conocimientos. Los guías de la humanidad han buscado protegerlos y por eso lo han escondido de forma tal que no pudieran ser trastocados o cambiados.

Nosotros nos identificamos con el pensamiento de Luis Miguel Martínez Otero, cuando asegura:

Nos tornamos a la segura leche de religión y enseñanza materna que recibimos cuando niños, pues allí, en la parábola, en el cuento infantil, en la historia mítica y en la historia sagrada, allí está la nuez y la materia intelectiva de nuestro oro, si se sabe dar con él.[2]

Luis Miguel Martínez Otero

Estudiaremos el cuento de Blancanieves, escrito por los Hermanos Grimm, y narrado de viva voz por el pueblo, generalmente de los campesinos que los transmitieron de generación en generación.

El término Blancanieves representa el color de la pureza, la integridad, la probidad, la entereza, la honestidad y el decoro; es decir, todo aquello que personifica lo más elevado y sutil, que es en realidad el alma.

El siguiente es el inicio del texto:

Era un crudo día de invierno, y los copos de nieve caían del cielo como blancas plumas. La Reina cosía junto a una ventana, cuyo marco era de ébano. Y como mientras cosía miraba caer los copos, con la aguja se pinchó un dedo, y tres gotas de sangre fueron a caer sobre la nieve. El rojo de la sangre se destacaba bellamente sobre el fondo blanco, y ella pensó: “¡Ah, si pudiere tener una hija que fuere blanca como nieve, roja como sangre y negra como el ébano de esta ventana!”. No mucho tiempo después le nació una niña que era blanca como la nieve, sonrosada como la sangre y de cabello negro como la madera de ébano; y por eso le pusieron por nombre Blancanieves. Pero al nacer ella, murió la Reina.

Aquí es necesario analizar la existencia de la Reina y preguntarnos a quién se refiere el autor. Dice Helena Petrovna Blavatsky, en su obra La doctrina secreta“Las Tinieblas son Padre-Madre; la Luz su Hijo”[3], en alusión a esa Reina, aunque no aclara la existencia de un Rey, y si lo hace, es de manera velada. La Reina representa al Padre-Madre, asomada a la ventana de ébano. ¿Las tinieblas? Cosía, es decir, elaboraba algo, y justo describe el paisaje de invierno; el instante en que las fuerzas de la naturaleza dormitanes decir, no se han manifestado aún, lo cual nos plantea el instante previo a la concreción de la materia misma; el predominio del agua.

Su hija —que llevaría el nombre de Blancanieves— tendría de sí misma la sangre, lo cual significa que poseería su esencia masculino-femeninacomo realmente es y por lo tanto su divinidad.

Del reino mineral heredaría el color blanco de la pureza y del reino vegetal, representado por el ébano, el color de su cabello.

De aquí se deduce que El Alma representada por Blancanieves participa de los tres reinos: mineral, vegetal y animal o humano-divino y que su esencia es masculino-femenina.

No dilucidaremos estos aspectos en este ensayo; lo haremos en uno posterior, ya que el tema es bastante complejo, pero hermoso y trascendente en su contenido.

Nos dice el autor que la Reina murió, cosa que podemos tomar como la desaparición de ella en el plano espiritual, mas no por eso inexistente.

Un año más tarde, el Rey volvió a casarse. La nueva Reina era muy bella, pero orgullosa y altanera, y no podía sufrir que nadie la aventajase en hermosura. Tenía un espejo prodigioso, y cada vez que se miraba en él, le preguntaba: “Espejito en la pared, dime una cosa: ¿quién es de este país la más hermosa?”. Y el espejo le contestaba, invariablemente: “Señora Reina, eres la más hermosa en todo el país”. La Reina quedaba satisfecha, pues sabía que el espejo decía siempre la verdad. Blancanieves fue creciendo y se hacía más bella cada día. Cuando cumplió los siete años, era tan hermosa como la luz del día, y mucho más que la misma Reina. Al preguntar ésta un día al espejo: “Espejito en la pared, dime una cosa: ¿quién es de este país la más hermosa?”. Respondió el espejo: “Señora Reina, tú eres como una estrella, pero Blancanieves es mil veces más bella.
       Se espantó la Reina, palideciendo de envidia y, desde entonces, cada vez que veía a Blancanieves sentía que se le revolvía el corazón; tal era el odio que abrigaba contra ella. Y la envidia y la soberbia, como las malas hierbas, crecían cada vez más altas en su alma, no dejándole un instante de reposo, de día ni de noche. Finalmente, llamó un día a un servidor y le dijo:   
        —Llévate a la niña al bosque; no quiero tenerla más tiempo ante mis ojos. La matarás, y en prueba de haber cumplido mi orden, me traerás sus pulmones y su hígado. Obedeció el cazador y se marchó al bosque con la muchacha. Pero cuando se disponía a clavar su cuchillo de monte en el inocente corazón de la niña, se echó ésta a llorar: —¡Piedad, buen cazador, déjame vivir! —suplicaba—. Me quedaré en el bosque y jamás volveré al palacio. Y era tan hermosa que él le dijo —¡Márchate entonces, pobrecilla! Y pensó: “No tardarán las fieras en devorarte”. Sin embargo, le pareció como si se le quitase una piedra del corazón por no tener que matarla. Y como acertara a pasar por allí un cachorro de jabalí, lo degolló, le sacó los pulmones y el hígado, y se los llevó a la Reina como prueba de haber cumplido su mandato. La perversa mujer los entregó al cocinero para que se los guisara, y se los comió convencida de que comía la carne de Blancanieves.

El Rey se casa después de un año —tiempo simbólico—, corresponde a un período posterior a la muerte de la reina, lapso en el que han pasado las cuatro estaciones, es decir, se han materializado las cosas; pues el número cuatro representa la materialización o concreción.

La nueva Reina, corresponde a la Materia misma o Mater-Rea, quien se mira en el espejo de la imaginación y cree que no existe otra tan bella como ella, pero se equivoca al preguntarle cuando pasan siete años, que corresponden a un período completo de concreción.

El número siete concierne a un ciclo mayor. Es en este instante donde pregunta de nuevo al espejo y recibe por respuesta:

“Señora Reina, tú eres como una estrella, pero Blancanieves es mil veces más bella”, lo que le escandaliza, pues no cree que pueda existir otra más bella.

Ya habíamos planteado que el Alma participa de los tres reinos, por lo tanto, su belleza es resplandeciente como lo sugiere su nombre.

El autor expone que un servidor de la Materia, es el escogido para matar a Blancanieves; es un cazador, y ella se encuentra en El Bosque; que, según la psicología de Jung, corresponde al inconsciente colectivo. ¡Hasta ahí ha llegado El alma! Allí se encuentra viviendo ya. Allí se ha aposentado.

Son infructuosos los deseos de la reina de matar a Blancanieves—, La sensibilidad—.

El cazador, que representa el deseoes el encargado de ponerle fin; pero hay cierta afinidad con ella, por lo que la deja para que la devoren las fieras, los malos pensamientos, y regresa donde la Reina para entregarle las falsas pruebas de que Blancanieves ha muerto; pero La Reina, al comer las vísceras —lo más interior—, comprueba que no ha sido verdad.

La pobre niña se encontró sola y abandonada en el inmenso bosque. Se moría de miedo, y el menor movimiento de las hojas de los árboles le daba un sobresalto. No sabiendo qué hacer, echó a correr por entre espinos y piedras puntiagudas, y los animales de la selva pasaban saltando por su lado sin causarle el menor daño. Siguió corriendo mientras la llevaron los pies y hasta que se ocultó el sol. Entonces vio una casita y entró en ella para descansar. Todo era diminuto en la casita, pero tan primoroso y limpio, que no hay palabras para describirlo. Había una mesita cubierta con un mantel blanquísimo, con siete minúsculos platitos y siete vasitos; y al lado de cada platito había su cucharilla, su cuchillito y su tenedorcito. Alineadas junto a la pared veíanse siete camitas, con sábanas de inmaculada blancura. Blancanieves, como estaba muy hambrienta, comió un poquito de legumbres y un bocadito de pan de cada plato, y bebió una gota de vino de cada copita, pues no quería tomarlo todo de uno solo. Luego, sintiéndose muy cansada, quiso echarse en una de las camitas; pero ninguna era de su medida: resultaba demasiado larga o demasiado corta; hasta que, por fin, la séptima le vino bien; se acostó en ella, se encomendó a Dios y quedó dormida. Cerrada ya la noche, llegaron los dueños de la casita, que eran siete enanos que se dedicaban a excavar minerales en el monte. Encendieron sus siete lamparillas y, al iluminarse la habitación, vieron que alguien había entrado, pues las cosas no estaban en el orden en que ellos las habían dejado al marcharse.
       Dijo el primero: —¿Quién se sentó en mi sillita?
       El segundo: —¿Quién ha comido de mi platito?
      El tercero: —¿Quién ha cortado un poco de mi pan?
      El cuarto: —¿Quién ha comido de mi verdurita?
      El quinto: —¿Quién ha pinchado con mi tenedorcito?
      El sexto: —¿Quién ha cortado con mi cuchillito?
      Y el séptimo: —¿Quién ha bebido de mi vasito?
      Luego, el primero, recorrió la habitación y, viendo un pequeño hueco en su cama, exclamó alarmado:
      —¿Quién se ha subido en mi camita?
      Acudieron corriendo los demás y exclamaron todos:
      —¡Alguien estuvo echado en la mía!
      Pero el séptimo, al examinar la suya, descubrió a Blancanieves, dormida en ella. Llamó entonces a los demás, los cuales acudieron presurosos y no pudieron reprimir sus exclamaciones de admiración cuando, acercando las siete lamparillas, vieron a la niña.
     —¡Oh, Dios mío; ¡oh, Dios mío!  —decían—, ¡qué criatura más hermosa!
       Y fue tal su alegría, que decidieron no despertarla, sino dejar que siguiera durmiendo en la camita. El séptimo enano se acostó junto a sus compañeros, una hora con cada uno, y así transcurrió la noche. Al clarear el día se despertó Blancanieves y, al ver a los siete enanos, tuvo un sobresalto. Pero ellos la saludaron afablemente y le preguntaron:
        —¿Cómo te llamas?
       —Me llamo Blancanieves —respondió ella.
        —¿Y cómo llegaste a nuestra casa? —siguieron preguntando los hombrecillos. Entonces ella les contó que su madrastra había dado orden de matarla, pero que el cazador le había perdonado la vida, y ella había estado corriendo todo el día, hasta que, al atardecer, encontró la casita.

El Alma ya reside en el cuerpo humano. Ha llegado hasta allí, pues los siete enanitos, son en realidad, los siete centros denominados chacras, pero en el lenguaje occidental, corresponden a las siete glándulas endocrinas:

  • Las glándulas suprarrenales, que son dobles, masculino-femeninas.
  • El bazo
  • La glándula timo
  • La glándula tiroides
  • Glándula pituitaria
  • Glándula pineal

Estas glándulas son los auxiliares del Alma —que es la energía misma—. Se localiza en el cráneo y la columna vertebral y se irradia a través del sistema nervioso central.

Estos preciosos subalternos —los enanitos—, le sirven para llevar a cabo la misión de trasmitir la energía a través del cuerpo humano; sin ellos, no podría verificarse el proceso de concreción del conocimiento de la acción de las fuerzas de la naturaleza. Del mismo modo, allí se realiza el metabolismo de las sustancias de carácter orgánico, y el metabolismo de pensamientos, sentimientos y emociones; además de la comprensión real, mediante el proceso de interiorización o de intususcepción—. El crecimiento real, el que realizan los seres vivos.

Estos centros magníficos, nos proveen de sustancias imprescindibles para el mantenimiento de la vida orgánica.

La glándula timo, produce la timosina, un grupo de proteínas que forma parte del sistema inmunológico.

Las glándulas suprarrenales generan adrenalina y otras sustancias que ayudan a regular el estrés, el metabolismo y el control de otras hormonas.

El bazo ayuda al cuerpo a combatir las infecciones. El bazo contiene linfocitos y otro tipo de glóbulos blancos llamados macrófagos que engullen y destruyen bacterias, tejidos muertos y sustancias extrañas eliminándolas del torrente sanguíneo cuando la sangra pasa por este órgano.

La tiroides produce hormonas, como: tiroxinatriyodotironina. También puede producir triyodotironina inversa. Estas hormonas regulan el metabolismo basal y afectan el crecimiento y grado de funcionalidad de otros sistemas del organismo.

La glándula pituitaria es considerada como la “glándula principal” del cuerpo. Regula muchas de las actividades de las glándulas endocrinas. Encima de ella está ubicado el hipotálamo. Es él el que decide qué hormonas debe liberar la pituitaria enviando mensajes hormonales o eléctricos.

La glándula pineal es denominada: cuerpo pinealconarium o epífisis cerebral. Es una pequeña glándula endocrina en el cerebro de los vertebrados. Produce melatonina, una hormona derivada de la serotonina que regula los patrones del sueño.

Como se puede ver, estos órganos son auxiliares de la energía única y eterna que circula por nuestro cuerpo.

Como verán una buena lectura nos permite ver más allá de las palabras…

En el próximo artículo continuaremos con su análisis.

Fuentes

[1] CORELLI, Marie. El castillo de Asélzion. Traducción de Ramón Barahona Merino. Págs. 111, 112

[2] MARTÍNEZ OTERO. Luis Miguel. Comentarios al Mutus Liber. Luis Cárcamo editor. San RAIMUNDO 58, 28020. Madrid, España. Primera edición para la lengua española. 1986.

[3] BLAVATSKY.H. P. La doctrina secreta. Volumen 1. Tercera Edición Argentina cotejada con la 4ª Edición Inglesa. Pág. 61.

Publicado por jorgeeliecertrivigno

BIOBIBLIOGRAFÍA Nacido el 27 de enero de 1958 en la ciudad de Manizales. Estudios de dibujo y pintura artística en Bellas Artes, Manizales. Escritor de literatura infantil y juvenil. Ganador de mención de honor y de recomendación editorial del Premio Andino y Panamá Enka de literatura infantil y juvenil, con la novela infantil: “Ricardo Caracol”. Obras disponibles en: www.lablaa.org del Banco de la República: “El canto de la cigarra” (Poesía infantil) y “Ricardo caracol” Otras obras: “Rosa la luciérnaga” Publicada en la Imprenta Departamental de Caldas en 1992. Ensayo de carácter espiritual. Se han publicado cuentos cada mes, desde mayo de 2015, hasta el 2016, en la revista literaria: “La letra errante” de México. Ensayos publicados en la revista digital: Tras la cola de rata. Pereira, Colombia: Juan Ramón Jiménez y la rosa, La imaginación creadora, Proceso de la imaginación creadora, Anima Mundi; Amado Nervo, la búsqueda de sí mismo, Ramón del Valle Inclán y la Gnosis, Semblanza de un amigo, Iván Cocherín el poeta; Barba Jacob, un corazón atribulado, El tesoro de los magos, Grandes enseñanzas en Blancanieves, La sabiduría oculta en las palabras, La verdad y la mentira, El amante del viento y de la rosa, El mayor engaño y el mayor olvido, Inexistencia del eslabón perdido, García Lorca: dramaturgo y poeta del encanto, Luis López del Mesa: gigante de América, El amor según la sabiduría, ¿Qué es poesía?, Amado Nervo: La búsqueda de sí mismo. “Apólogos” Colección Cumanday. Editorial Manigraf. Manizales, Caldas. Octubre de 2015. “Ronda de la vida” Libro de poemas infantiles. Octubre de 2016. Obras en colectivo: • Escritos en cuarentena, en el año 2020. Editorial Manigraf, Manizales, Caldas. • Medellín, Colombia. Voces literarias en el año 2020. • Voces literarias. Editorial Manigraf, Manizales, Caldas, en el año 2021 • Poemario Baja California del sur. México junio de 2021 • Antología Mariposas peregrinas. Editorial Ave azul. Ciudad de México. noviembre de 2021. • Ensayo La imaginación creadora. Junio de 2021. Editorial Magenta. • Ensayo La imaginación creadora, diciembre de 2021. Editorial The University Press of the South. Europa.

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