Por Lucila Moro

Todo lo que sostenemos en este eterno presente crea tu futuro.
Puede ser que te asuste lo que ves venir —y ya sabes lo que vendrá, ya que lo creaste con tus pensamientos— y entonces eres presa de miedos que te paralizan.
Puedes ver algunos de forma consciente, pero la mayoría son inconscientes. Utiliza el pasado a tu favor.
Puedes transformar todo aquello que no te ha gustado y que todavía te genera emociones negativas.
Tienes mucho trabajo por delante; no se trata solo de comer sanamente, meditar todas las mañanas y salir a hacer deporte por la tarde.

Hay personas que tienen una vida intachable y aún así no pueden salir de las emociones negativas y los bloqueos.
Por ahora, no cometas el error de empezar por el final. Empieza por el principio, que es transformar la energía de tus acontecimientos pasados.
No olvides que dicha energía está creando todos tus futuros potenciales, porque está viniendo a tu mente una y otra vez de forma consciente o inconsciente. Está llegando hasta ti justo en este instante, en este eterno ahora, y está creando todas tus limitaciones.
Justo por esto, sostenerte en altas vibraciones es lo más importante. Esas altas vibraciones generan deseos elevados.

Cuando estás alegre y lleno de amor, empiezas a tener el deseo de cosas buenas. Quieres cuidar tu cuerpo, darle gustos, disfrutar la vida, salir del barrio donde estás, viajar o estudiar algo distinto. Surgen en ti nuevas ideas y nuevos emprendimientos.
Hay muchísimos deseos ahora mismo en la punta de tus manos, pero no vienen a ti porque tienes pensamientos del pasado que crean futuros catastróficos. Bajo ningún concepto debemos permitir a nuestra mente divagar y parlotear sin control.
Esos pensamientos descontrolados se convertirán en nuestras observaciones dentro del campo de las infinitas posibilidades. Lo que generemos a partir de la frecuencia vibracional que irradiamos en este momento vendrá irremediablemente a ti.
Por lo tanto, es fundamental tener el hábito de mantener pensamientos constantes que nos ayuden a sostenernos en la única visión de lo que soñamos y queremos.
Debemos comenzar a controlar la mente de forma consciente. Si no detenemos el discurso infatigable de nuestra mente no lograremos salir de nuestras limitaciones.
Esto resulta extremadamente importante. No olvidemos que en el momento en que nuestra mente está hablando, está creando. Esto se los digo por experiencia personal.

Mi mente era una cotorra. No podía hacer que dejara de divagar y establecer un ciclo de pensamientos recurrentes sobre el problema del día, de la semana y del mes. Y lo único que conseguía con eso era salir de un problema para meterme en otro casi igual.
Esos pensamientos recurrentes pueden llegar a destruir nuestras vidas. Para poder salir de ellos necesitamos algo más que la meditación. Con solo meditar no se llega a transformar totalmente la energía de los acontecimientos que hemos vivido.

Esa energía no favorable nos ata a una gran cantidad de emociones negativas, entre ellas la culpa, el victimismo, el resentimiento y el odio. Estas emociones son el torrente que da vida a la catarata de palabras que caen sobre una mente sin control.
Necesitamos técnicas para transformar las energías. No percibamos el pasado como algo ya ocurrido y el futuro como algo que va a ocurrir. Eso es nuestra percepción; pero no es la realidad.
La realidad es que vivimos en un eterno ahora, un eterno presente en el que utilizamos pensamientos del pasado para crear el futuro. Así pues, el pasado está vivo en nosotros ahora, aunque no veamos la materia de ese pasado.
La materia es el 4% de la realidad en la que vivimos. El 96% restante es un campo electromagnético —el campo de las infinitas posibilidades— en el cual todo se crea a partir de nuestros pensamientos y sentimientos.
Así pues, debemos olvidarnos de la materia y recordar que el pasado está aquí contigo, y que está generando pensamientos. Esos pensamientos del pasado que se crean en este eterno presente le dan forma al futuro.
Pensemos el pasado y con él construiremos el futuro. Eso está sucediendo aquí y ahora. Pasado, presente y futuro están sucediendo en este mismo instante. Por esto el tiempo es simultáneo.
Abandonemos la concepción lineal del tiempo para salir de nuestras limitaciones. Debemos trabajar en ese pasado que está vivo y está aquí ahora con nosotros. El objetivo es la transformación de la energía que hemos dejado con cada acontecimiento de nuestro pasado.
Poseemos las memorias de todos esos sucesos, y a partir de ellas creamos todos nuestros pensamientos. De esta manera, distintos pasados crean distintos pensamientos.
Por eso la meditación es tan importante.
