Por Lucila Moro

En estos tiempos convulsivos de incertidumbre y desasosiego, el maestro de yoga y meditación Ramiro Calle cree que «es necesario un cambio de mente, una transformación interna real“. Para conocernos se necesita humildad, aceptación y vernos como somos. El ego no nos deja ver quiénes somos. El ego nos dirige y nos ciega.
¿Cómo podemos escapar de él?
Discernimiento claro, reflexión consciente sobre la impermanencia y la muerte, observación aséptica de las reacciones egocéntricas, práctica asidua de la meditación y desarrollo de la comprensión clara. Un día te das cuenta que esa vida que llevamos de urgencias, de acumulación, de ofuscación, de ira y cólera hacia uno mismo y hacia los otros es una auténtica farsa.
¿Ser conscientes, prestar atención, es el primer paso para emprender una vida espiritual?

Desenmascararse ante uno por doloroso que resulte, reconocerse y la aceptación consciente, la intención seria de transformarse y mejorarse, poner en marcha todas las enseñanzas y métodos que nos han legado para ello, la inquebrantable motivación de mejorar y humanizarse, o sea, evolucionar conscientemente.

El hinduismo divide la vida del ser humano en cuatro etapas: la etapa de la adolescencia y juventud, dedicada al estudio; la del hogar y trabajo; la preparación a la renuncia definitiva; y la renuncia propiamente dicha.
Hoy no pasamos conscientemente por ninguna. Lo esencial es desarrollar la comprensión clara para saber qué tomar y qué dejar, y vivirlo con consciencia, sabiduría y amor.
Elegí la figura de un maestro alambrista, porque los principios que se aplican al caminar por el alambre hay que llevarlos a la vida: atención, intrepidez pero cautela, autodominio, consciencia del presente, y demás.
La vida es como andar por un alambre, necesitas siempre encontrar el equilibrio para no caer al vacío…

El camino más directo hacia nuestro ser, hacia eso que verdaderamente somos, es la meditación. ¿Conocernos a nosotros mismos es lo más difícil que hay?
Queremos conocerlo todo menos conocer al conocedor. Y el conocimiento es muy limitado. Hay que ir a otros lados, regiones y dimensiones. Urge un cambio de mente, una transformación interna real. Para conocernos se necesita humildad, aceptación y vernos como somos. La autoindagación es una buena técnica.
¿Sin esfuerzo, sin disciplina, sin práctica y entrenamiento meditativo no encontraremos la paz interior, no dejaremos de sufrir?
La paz interior hay que ganarla. Hay que cambiar de actitud y saltar un poco fuera de la sombra del apego y el odio y, sobre todo, de la ofuscación. El sufrimiento psíquico nos lo generamos muchas veces nosotros mismos, por la ignorancia básica de la mente, que todo lo distorsiona.
Nos aferramos, nos resistimos, no dejamos que la vida nos sorprenda. Hacer no haciendo parece un buen camino para dejarse llevar…

Hacer sin hacer, sin obsesión, sin apego, sin demasiada vehemencia, sin perderse a uno mismo, con generosidad y altruismo, mejorando, tomando y dejando psicológicamente, activando los métodos para conocerse y transformarse, con motivación y persistencia.
EL amor, el respeto a los demás, ayudarse los unos a los otros y buscar la paz es la verdadera forma de vida”.
La única ley es el amor… Continuará…

