Por Daniela Leiva Seisdedos
El problema de la educación no es poner el foco solo en los docentes de aula. La actualidad política se cuela de mil maneras en cualquier ámbito educativo. ¡La educación es un derecho que mejora las condiciones de vida!
¿Cuál es el nivel de compromiso político que ha de tener una verdadera política educativa?
La neutralidad es naturalmente imposible si hablamos de educación. La educación debe ser una discusión política, no de politiquería, no de campañas políticas, ahí se forja el futuro de nuestra sociedad. En ella, se establecen las oportunidades presentes y futuras de las generaciones que tomaran los designios d nuestro país.
La Pandemia puso en evidencia las desigualdades, la brecha digital y su impacto en el acceso a la educación. Invertir más en educación en Argentina es la única avenida para desarrollo. Nos falta estrategia y programas de estado, no nos falta ADN educativo, los que se encargan de la planificación a nivel país de la educación son asintomáticos educativamente, estamos colonizados por gente que quiere vendernos atraso.
El gran drama de la pandemia es que aumentó la inequidad no solo en pobreza, sino por falta de una política educativa. Que la crisis eterna de la educación, hoy también ampliada por la pandemia no nos arrebate el derecho a la salud, a la educación, a la protección, a la infancia.
La educación siempre fue uno de los caminos abiertos para deshacernos de esa molesta etiqueta de país de “tercer mundo”, el único inconveniente es que sus resultados sólo son visibles en el largo plazo; en palabras del tristemente célebre Sir John Maynard Keynes “en el largo plazo estamos todos muertos”. Pues bien, en el largo plazo seremos parte del lento ocaso de la educación.
Los docentes siempre creamos esperanzas porque enseñamos para el presente pero sobre todo para el futuro. La docencia es un compromiso con el presente y el futuro.

Valoremos a los docentes que todos los días apuestan por trabajar a conciencia.
Más allá de los discursos demagógicos que en todo momento afloran, el futuro es la educación y sus mecanismos de garantía son: una buena política educativa, calidad, excelencia, contenidos actuales.

El desafío es: educar en la diversidad, equidad, inclusión, la libertad, la colaboración comunitaria, la independencia; en fin la educación es un derecho humano que se multiplica a cada concepto que enseñamos.
Debemos saber que una política educativa traspasa los gobiernos, entonces nuestros políticos ególatras y con ansias de poder permanente, deben de dejar de ser egoístas y pensar más allá de un gobierno. Debe existir una política de Estado.
Hoy en Argentina la educación es un ring, todos golpeados con un solo ganador, la ignorancia que toma por rehén a nuestro futuro. Que no ganen quienes creen que la educación es un privilegio no un derecho.
Un país que quiere mejorar la educación tiene que re pensar sobre bases sólidas que educación quiere. El futuro de la educación lo escribimos ahora, las escuelas son de ahora, los alumnos que están sentados en nuestras aulas, quizás mañana lleguen a ser ministros de educación o gobernantes, quizás también barrenderos, etc.
La educación del futuro las tenemos que pensar ahora.


