Por Lucila Moro

Al contrario de lo que imaginamos, las personas al final de sus vidas, rara vez se arrepienten de no haberse lanzado en paracaídas.
Sin embargo, experimentan culpa, frustración y falta de no haber actuado de acuerdo con estas cinco necesidades más frecuentes.
¿Cuál es el mayor arrepentimiento de tu vida?

Muy a menudo, la respuesta se encuentra en el pasado, pero también, inconscientemente, en el presente.
¿Quién mejor que las personas que están a punto de morir para enseñarnos cómo vivir la vida al máximo?
“Los cinco mayores arrepentimientos de los moribundos”
«La juventud es un error breve y la vejez un arrepentimiento prolongado».
Esta cita del escritor Henri Duvernois nos recuerda hasta qué punto el arrepentimiento es un sentimiento amargo pero inevitable.

Las personas al final de sus vidas suelen lamentar que la pérdida de un ser querido les haya impedido llevar a cabo determinados proyectos o expresar sus disculpas a las personas a las que lastimaron.
A veces hablan de aquello de lo que están orgullosos en su vida o de cómo les gustaría ser recordados.
Los cinco arrepentimientos más comunes que tienen las personas antes de morir:
- “Ojalá tuviera el coraje de vivir como quería y no de vivir la vida que se esperaba de mí”
- “Ojalá no hubiera trabajado tan duro”
- “Ojalá tuviera el coraje de expresar mis sentimientos”
- “Me hubiera gustado estar en contacto con mis amigos”
- “Ojalá me hubiera permitido ser más feliz”
¡Se dieron cuenta que son muchos «OJALÁ«!
Los arrepentimientos, una fuente de enriquecimiento.
Cuando se les pregunta sobre sus arrepentimientos o qué harían diferente, siguen surgiendo temas comunes. Lo más sorprendente: la claridad de visión que las personas obtienen al final de sus vidas y cómo podemos aprender de su sabiduría.
Cuando las personas se dan cuenta de que su vida casi ha terminado y lo miran con claridad, es fascinante ver cuántos sueños tuvieron y no realizaron.
Dado que los arrepentimientos pertenecen a una época pasada, ¿por qué afligirse este sufrimiento psicológico?
De hecho, pueden ser beneficiosos, siempre que los mires a través de una lente diferente. Mirar por el espejo retrovisor significa tomar conciencia de la otra opción que era posible elegir, reflexionando así sobre nuestra decisión pasada.
En el fondo, siempre nos arrepentimos de lo mismo: no habernos escuchado a nosotros mismos, no haber ido en dirección a nuestras necesidades.

El arrepentimiento es constructivo, siempre y cuando nos tomemos el tiempo para pensar en lo que nos dice sobre nosotros:
¿Por qué me siento así?
¿Por qué no me escuché más ese día?
Pero, en definitiva, ¿no es haber vivido lo suficiente como para morir sin arrepentimiento?
¡¡Por eso hace falta vivir al máximo y no esperar hacerlo cuando es demasiado tarde!!

