El decir y no decir, un diálogo intergeneracional

Por Lucila Moro

En el abismo que separa a las generaciones, el lenguaje se convierte en un campo de conflictos donde se libran silenciosas batallas y se levantan impenetrables muros de incomprensión. 

El «decir» y el «no decir» se erigen como armas y escudos en este duelo intergeneracional, donde cada bando lucha por hacerse oír, por validar su propia realidad y por encontrar un puente que los una en medio de la disparidad de sus experiencias y códigos.

El peso del silencio:

Las generaciones más jóvenes, nacidas en la era de la hipercomunicación, se ven frustradas por la parquedad de las palabras de sus mayores. 

Los silencios, las miradas cargadas de significado y las medias tintas se perciben como una barrera infranqueable que les impide acceder a la profundidad de las emociones y vivencias de sus antepasados.

La incomprensión del exceso:

Por su parte, las generaciones mayores se sienten abrumadas por el torrente de palabras y emociones que emanan de las generaciones más jóvenes. 

La inmediatez de la comunicación digital, la falta de filtros y la tendencia a la expresión sin tapujos les parecen frívolas y carentes de la reflexión y la mesura que caracterizaban a las épocas pasadas.

La búsqueda de un lenguaje común:

Sin embargo, a pesar de las dificultades, la necesidad de comunicación entre las generaciones es imperiosa. El futuro depende de la capacidad de las familias y las sociedades para encontrar un lenguaje común que les permita entenderse, respetarse y aprender unos de otros.

¿Es posible un diálogo imposible?

Si bien el diálogo intergeneracional puede ser un desafío, no es una tarea imposible. La clave reside en la empatía, la escucha activa y la voluntad de comprender las diferentes perspectivas. 

Es necesario que las generaciones más jóvenes se tomen el tiempo para descifrar el lenguaje no verbal de sus mayores, y que estos últimos se abran a las nuevas formas de expresión y comunicación.

Puentes de comprensión:

La literatura, el cine, la música y otras expresiones artísticas pueden servir como puentes de comprensión entre las generaciones. 

Compartir experiencias a través de estas herramientas puede generar espacios de diálogo y reflexión, donde se puedan abordar temas difíciles de una manera más amena y respetuosa.

El futuro de la comunicación intergeneracional dependerá de la capacidad de las sociedades para crear espacios de diálogo genuino y significativo. Es necesario fomentar el intercambio de ideas, la construcción de consensos y la búsqueda de soluciones conjuntas a los problemas que nos aquejan. 

Solo así podremos construir un futuro donde las diferentes generaciones coexistan en armonía, aprendiendo unas de otras y enriqueciendo mutuamente sus visiones del mundo.

Conclusión:

El «decir» y el «no decir» son dos caras de la misma moneda en la compleja dinámica de la comunicación intergeneracional. Si bien el diálogo puede ser un desafío, es fundamental para construir puentes de comprensión y respeto entre las diferentes generaciones. 

La empatía, la escucha activa y la voluntad de comprender son claves para superar las barreras del lenguaje y construir un futuro compartido.

¿Uds.  lectores que opinan?

Publicado por vickylm57

Soy docente prof.de Educacion Fisica. Prof de Educación Especial. Prof Emerita de Danzas Cid Unesco Francia Escritora y autora de varios libros. Investigadora en Envejecimiento y cuidados del cuerpo, dictando conferencias, seminarios y clases magistrales dentro y fuera del País.

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