TRABAJO, PASIÓN, CUMPLEAÑOS Y ENCUENTRO CON LOS AMIGOS
Viajero invitado: Roberto Espinosa/ Tucumano destacado/ Intelectual/ Periodista
Por Claudia Fernández Vidal

Roberto Espinosa es un periodista y escritor tucumano de gran trayectoria literaria, trabaja hace muchísimos años en el diario más importante de Tucumán donde plasma con mucho profesionalismo semblanzas de grandes personajes, con muchos de los cuales ha forjado una sincera amistad.
En el año 1998 con motivo de cumplir 15 años el Movimiento por los derechos humanos MÚSICA ESPERANZA, que había sido creado por el músico Miguel Ángel Estrella, y del que también formaba parte fue invitado a la ciudad luz, a celebrar este acontecimiento.
Lo primero que recuerda de esta maravillosa ciudad, es su arquitectura impresionante, sus veredas impecables que son lavadas y lustradas todos los días a partir de las seis de la tarde…”a las ocho de la noche París está todo limpio nos cuenta Don Roberto”.


El concierto se realizó en un estadio de básquet, ambientado para la ocasión y con capacidad para cinco mil personas. Una noche maravillosa, donde además de la emoción de reencontrarse con su amigo Miguel Ángel y deleitarse con la melodía magistral de su piano, pudo entrevistar al director de orquesta, el violinista más importante del siglo XX Yehudi Menuhin. La previa de una noche increíble antes de cumplir sus 40 años.
Al día siguiente un viejo amigo, que había sido el último director francés de la Alianza Francesa en Tucumán, lo esperaba en su casa, un pequeño pueblo a la orilla del río Oise. Festejaron entonces el reencuentro en familia y su cumpleaños con champagne y buenos recuerdos.

Pudo cumplir el sueño de llegar hasta Auvers-sur-Oise y conocer la tumba del famoso pintor Vincent van Gogh que permanece enterrado junto a su hermano Theo. Sus lápidas permanecen cubiertas de madreselvas. Fumó un cigarrillo en silencio conmovido por la historia de vida de este gran artista que tanto ha legado al mundo.
A la salida del cementerio quedó impactado por los enormes girasoles, los mismos que aparecen en las pinturas de Van Gogh.

Después de almorzar morcillas (plato típico francés) en un cálido restaurant familiar, se dirigieron a la capital de la Picardía, Beauvais, donde se encuentra la Catedral más alta del mundo, que aún permanece inconclusa y data del medio evo. Una construcción imponente de más de 90 metros, con espacios lúgubres, oscuros, misteriosos, que dejan ver el paso de la historia en sus paredes. Enormes vitrales en las alturas aportaban rayos de luz que caían perpendiculares en las paredes. Cuenta la historia que esta catedral permanece inconclusa a raíz de un temblor que ocurrió mientras se daba misa, el párroco juró que Dios lo salvaría de ese trance, pero un gran pedazo de mampostería se desprendió del techo y lo mató.

Quedó profundamente impresionado con la belleza de los tulipanes que crecían en los canteros, y por el color del agua cristalina del Mediterráneo.
Viajó desde París a Marsella, la ciudad más vieja de Europa, en el TGV, el tren más veloz, que viaja a 280 km por hora. Marsella es una ciudad que posee una red de tranvías hermosos y una línea de subterráneos o metros que recorren la ciudad. Conoció la Isla de If, conocida por la famosa historia del Conde de Montecristo. Quedó maravillado por la belleza del Museo Louvre, y el su arte milenario que abrazan sus espacios.
París fue un reencuentro con amigos queridos, música maravillosa, arte y belleza. Un festejo perfecto para celebrar la mitad de la vida.
Gracias Don Roberto por compartir su mirada viajera.


