Por Claudia Fernández Vidal


A mi se me cayeron las medias.
Literalmente esa fue la sensación: se me cayeron las medias. No solo porque es uno de los museos más importantes del mundo, sino también por su belleza.
Ubicado en la 1000 5th NY pegadito al Central Park, ya en su explanada de entrada sucede el arte, el callejero que van interpretando muchos chicos que pernoctan por ahí.


El museo tiene una arquitectura que da gusto mirar, arcos enormes, cúpulas descomunales, columnas coronadas con flores finamente talladas de gran altura, de solo verlas volvi por un ratito a una clase de historia en la facultad donde el profe describía las columnas dóricas, jónicas, y corintias… porque hay muchas de ellas sosteniendo la maravillosa estructura de sus espacios.



El gran hall de entrada tiene un enorme florero de mármol con un descomunal ramo de flores frescas y bellísimo, que bien quedarían varios arrepentidos con ese ramo con la ofendida amada, o será chapado a la antigua hacer esas cosas.

En la antigüedad te vas a sentir cada vez que ingreses a alguna de las salas donde la historia te irá mostrando y contando cómo empezaban a construir el arte. Ingresarás por un momento a la ciudad perdida de China mirando su bellísimo arte, la magnífica vajilla de porcelana pintada a mano, las estatuillas mínimas talladas con el más mínimo detalle, detalles que no se pueden creer !!


Andarás un rato por el Tíbet y Nepal mirando sus piezas talladas, los papiros perfectos donde el paso del tiempo ha decidido sobrevivir. Podrás sentirte Cleopatra buscando a tu Julio César entre los pasillos donde un Egipto maquetado te va a maravillar con pirámides y paredes llena de jeroglíficos bellísimos, los sarcófagos pintados con intensos colores donde predomina el rojo, y el azulino son placer para los ojos, hay que mirar siempre pensando qué hay más allá. Ejércitos tallados a mano en madera y diminutos que fueron rescatados de las tumbas egipcias y eran parte del acompañamiento al más allá a los faraones. Joyas preciosas en oro puro. Todo adquiere mayor belleza con la luz del sol que penetra por las enormes paredes de vidrio que envuelven este espacio.

La emoción me jugó una mala pasada o una buena cuando sin querer lloré ante la magnífica belleza y forma perfecta en que los griegos tallaron el mármol. Ahí te das cuenta que es el arte, eso que desborda y sorprende. Y por un momento también pensé que hemos retrocedido en el arte, porque ya nadie talla con esa magnitud y belleza, no se ve esa calidad de realidad en los rostros de los cuadros que miran desde su espacio prolijito en las paredes del museo, pero una amiga licenciada en arte me explica que el arte evoluciona desde los conceptos, desde lo que uno quiere representar, y siente. Solo hay que agradecer que hayan existido estos seres talentosos y humanos como Miguel Ángel, Pollock, Picasso, Rembrant, Monet, Velázquez, Rafael, El Greco… todo ese arte magnífico vas a disfrutar en este lugar inmenso.


Después de caminar varias horas y haber viajado por los palacios de Luis XV, China, Egipto, Oceanía y hasta leer un manuscrito del Corán te podés sentar a disfrutar un cafecito riquísimo en el barcito que está en una de las alas del museo, y ahí también podrás seguir mirando cosas hermosas. Y darte permiso para subirte las medias otra vez.
El arte es todo eso que se siente como cuando nos despertamos a la mañana: todo nuevo otra vez, y llenarlo con tu forma de sentir, la que te salve a vos.


Tan ameno la lectura que parece que lo recorro yo también al museo y también se me caen las medias.
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La verdad que majestuoso😍
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