Por Claudia Fernández
Marcus y Hellen son de EEUU, están recorriendo el Sur argentino en bicicleta. Son de un pequeño pueblito de Alaska, de solo 800 habitantes. Dicen que la gente de este país es muy amable, hospitalaria, que muchas veces le ofrecen comida caliente en sus casas y donde dormir cuando el viento soplaba muy fuerte y la carpa no resistía a tanto frío. Dicen también que donde viven hay muchos osos en el bosque, que a veces los osos vienen hasta el pueblo. Que nunca quieren atacar salvo que sean molestados. El mayor riesgo es cuando hay un osito cerca, porque entonces hay una madre cerca, y eso si es peligroso porque una madre siempre atacará si ve a su hijo en peligro, casi la vida misma verdad ?
Dicen también que les resulta complicado saber que es pampa, estepa, páramo… solo son extensiones de tierra les digo, con distinta vegetación y clima.
Recorrer el mundo en bicicleta, y desde la mirada de los otros también es válido.
Buen viaje ! El Chaltén es su próximo destino. En 3 o 4 días llegamos allá dicen, una gran sonrisa les llena la cara. Gente que si. Gente que nos deja un poco de su mundo en una conversación.





Venir a la Patagonia es adentrarse en un paisaje nuevo, una extensa planicie de pastos secos, de cielos limpios y turquesas. El Chaltén es una de esas maravillas que nos regala este viaje, un pueblito de montaña donde dan ganas de quedarse a vivir. Después de una gran recta llegás al pueblo y como carta de presentación aparece majestuoso el FITZ ROY, una montaña enorme y de nieves perpetuas que tiene 3405 msnm y a la que vienen a escalar andinistas de todo el mundo. Bellísima, toda blanca, toda brillante, toda poderosa. Pero abajo, entre sus calles, todo parece dibujado sobre un tablero, todo prolijito, hermoso, limpito. El viento heladísimo acompaña todo el tiempo. El rio bordea toda la orilla hasta perderse entre horizonte y montaña. Las construcciones de madera, los canteros desbordando de flores, los chocolates, la limonada conmenta y gengibre sentada frente a una chimenea y una ventana enorme que se abre al mejor paisaje valen la pena. Hacer el camino para llegar al Salto del Chorillo es una maravilla que vale la pena. Respirar el aire purísimo, extasiarse con la montaña inmensa, los árboles de colores anaranjados, azules, lilas, verde fosforescente, verde esperanza. Llegar a la cascada inmensa y helada, fiel guardiana de secretos patagónicos, donde podés ver ciervos acercarse a tomar agua. El Chaltén que debe su nombre a los antiguos Tehuelches, es un lugar de ensueño, donde si caminás durante horas en la montaña, bien arriba encontrás lagunas de cuento, en azules turquesas, con pájaros carpinteros enormes picando en algún árbol y esas inmaculadas nieves eternas.



Abrigate, y vení a El Chaltén algún día.
EL CHALTÉNSANTA CRUZ PATAGONIA ARGENTINA
